Hablemos del mantenimiento de viviendas
El mantenimiento de viviendas incluye todas las medidas que los propietarios y administradores residenciales deben tomar para que una estructura habitacional sea cómoda y segura.
El estado de una vivienda influye directamente en la calidad de vida y el bienestar de quienes la habitan. Por eso, la gestión del mantenimiento en este campo es muy importante para cumplir con las expectativas de los residentes.
En cuanto al mantenimiento en un conjunto residencial, busca preservar un edificio usado como vivienda y sus alrededores, para proveer condiciones óptimas de hospitalidad.
Es importante decir que el mantenimiento residencial es valioso tanto para los propietarios de un inmueble como para quienes lo ocupan.
Por un lado, los dueños ahorran dinero a largo plazo invirtiendo en mantener una propiedad en condiciones favorables, y esto es bueno para los inquilinos, porque se sienten más a gusto en un lugar.
El mantenimiento en una residencia puede ser planificado y gestionado por el propietario o el administrador del condominio, pero esto no quiere decir que las tareas de mantenimiento sean hechas personalmente por los dueños y administradores.
Factores a tener en cuenta en el mantenimiento de viviendas
Mantener la vivienda en buen estado es un aspecto fundamental para garantizar que esta tenga una larga vida útil. Por ello, es conveniente hacerlo con la periodicidad adecuada y teniendo en cuenta todos los factores involucrados en la conservación de esta.
El mantenimiento de viviendas tiene una influencia directa en la calidad de vida de sus habitantes. Una casa o un piso con los niveles adecuados de aislamiento térmico y acústico es una garantía de comodidad, confort y tranquilidad. Asimismo, si se consigue que la vivienda se mantenga en los niveles de humedad recomendados, evitaremos sufrir los molestos problemas de moho e, incluso, enfermedades respiratorias o alergias.
Otra gran ventaja ligada directamente al buen mantenimiento es que esta va a ganar mucho valor. Dicho de otro modo, si tenemos que venderla o alquilarla podremos cerrar la operación en mejores condiciones si el inmueble se encuentra en buen estado. Además, el mantenimiento de la fachada y los acabados interiores son fundamentales para que nuestra casa luzca como el primer día, o puede que mejor.
El mantenimiento debe ser constante
A la hora de realizar el mantenimiento de una vivienda es conveniente hacerlo de manera progresiva y no solo cuando se detectan daños graves. De esta manera, solucionaremos pequeños desperfectos antes de que se convierta en problemas importantes, con el consiguiente ahorro económico que esto conlleva.
Es una realidad incuestionable que las viviendas, ya sean unifamiliares o bloques de pisos, se van deteriorando con el tiempo. Por ese motivo, es muy importante empezar las tareas de mantenimiento a partir de los 5 años, aunque se trate de una obra nueva. En este sentido, uno de los primeros trabajos a realizar es pintar, ya que se gana mucho tanto en estética como en mejora de la higiene.
A partir de los 10 o 15 años es el momento de empezar con reformas de mayor envergadura, como las obras en baños y cocinas, así como la actualización de ventanas y persianas.
Cuando la edad de la vivienda se acerca a los 20 años es aconsejable realizar una reforma integral de la fachada e interiores para ganar en seguridad, lograr notables mejoras en aislamientos térmicos y acústicos, actualizar el hogar a las nuevas modas estéticas, así como realizar adaptaciones a nivel de materiales y mejoras tecnológicas.
